27 septiembre 2012

los mindfuckers

I. siempre hay uno, al menos uno, alrededor y suele ser en el trabajo. es ese tío que te lo encuentras y tienes esa mezcla de terror y pena porque sabes, con la certeza de las cosas ciertas, que te va a hablar, que te va a torturar. partimos de la premisa falsa de que la gente te habla para informarte de algo. muchas veces el diálogo es un camión que transporta afecto y los intercambios son el pretexto para el tráfico de afectos cálidos. pero, éste, éste del que te hablo, éste, lo que quiere es torturarte. taladrarte los sesos con su blackdecker. los llaman mindfuckers y su motivación última es que tu cerebro esté tan jodido como el suyo. mientras tu cerebro se deshace, se pudre, se revienta, el suyo descansa, blackdecker en mano. pero el placer, todos sabemos, es efímero. pronto tú te has duchado, has pisado el césped levantado, rellenados los hoyos del campo y estás de vuelta, has reconfigurado tu sistema y él vuelve a estar podrido porque el grifo de mierda tiene la toma de mierda en su cerebro. no en el tuyo.

II. el terror le puede casi siempre a la pena. aunque aquí esto va a depender de lo que uno se pase el rodillo de pintura del autocuidado por las paredes propias, de cuánto te lo pasas. si te lo pasas poco o nada, te quedas. te quedas y te malfolla el cerebro. si te lo pasas más el rodillo bueno, te vas. lo evitas. en el cinturón negro, décimo dan, te acercas. sí, tú. y le dices: "mira, no sé realmente cuál es tu problema, pero te voy a decir lo que yo veo que pasa. te me acercas y me haces esto: me torturas, me dejas el cerebro peor que lo tenía cada vez que me hablas. es lo que me cuentas, pero es más cuánto tardas en contármelo y cómo me lo cuentas. es, eres, una tortura para mí. a veces, incluso, cuando notas que desconecto (y desconecto por supervivencia pura, créeme), me das unos golpecitos en el brazo, como para que vuelva a reconectarme a ti. otras veces hasta me coges físicamente del brazo, como diciendo, no te vayas. necesito torturarte más. he estado pensando que éste es el patrón que se me repite contigo y he decidido no hacerme esto a mí mismo, por cuidado, por cariño que me he ido cogiendo, así que en adelante, elige a otro. verás que hay muchos y no tengas miedo porque esto que te digo yo es improbable que te lo digan ellos".

III. #mindfuckers, los llaman.

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