24 octubre 2011

pareja en camas separadas. el conflicto vasco-español.

I. si lo entiendo bien, la situación es: una pareja deja de darse de hostias. una zurraba más que la otra, pero dejémoslo en que se zurraban. bien. ahora no se zurran. ahora conviven sin amor. son un matrimonio sin amor que se perciben como "condenados" a vivir juntos. parece que debieran estar contentos porque han dejado de pegarse. pero nadie está contento por dejar de pegarse. está aliviado, pero no contento. tras la violencia, les queda esa convivencia fea, de odio sordo, de resentimiento crónico por todas las perrerías y los desprecios realizados durante años. es ese matrimonio que ya no se quiere. que no se busca nunca la boca.

II. uno de los dos miembros de la pareja las tiene casi todas consigo: quiere separarse. divorciarse. la otra es católica (está en contra del divorcio aunque se divorcie). esta católica realmente no quiere a su mujer. no quiere que se le vaya. pero no la quiere. no le tiene amor. tampoco es por interés. algo de eso hay, pero no es por eso. le hiere en lo más hondo del orgullo que alguien quiera separarse de ella. ¡de ella!

III. esto la pone en conflicto con su imagen de sí misma. ¿cómo alguien va a querer separarse de alguien tan estupendo, tan deseable? ¿será entonces que no soy tan estupenda, tan deseable? ¿qué soy entonces? un amor despechado, un amante ofendido. todo digno le dice: si no es conmigo, no será con nadie. pero será conmigo. lo quieras o no. aquí moriremos. juntos pero solos. sin hablarnos. sin querernos. sin besarnos.

IV. creo que si hopper viviera ahora habría retratado una mujer sola en un bar con una blackberry. "mujer sola en un bar con una BB". estoy casi seguro.

1 comentario:

  1. Más bien están expectantes. En el "y ahora qué?"
    Si Hopper hubiera hecho eso, ya se habría encargado Steve Jobs de arruinarle la vida. Fijo.

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