07 julio 2011

en un italiano.

I. en un italiano. en una pizzería de éstas a las que llevas a los niños porque son muchos. para que no te salga tan caro. camareros eventuales. me quedo pensando que seguro que ninguno de ellos iría a ninguna de las pizzerías de su cadena. como clientes. porque conocen lo que hay dentro. es lo que le ocurre a la mayoría de los profesionales en sus oficios. conocen la basura de atrás. también está el que domina el oficio tan bien que no le supone casi nada y no lo valora. contra eso vinieron los japos a cocinar delante de tí, otros japos ponen una pantalla de plasma en su comedor a través del cual ves a su cocinero filetear en su cocina la comida que tú luego has de comer. como despejando la duda.

II. la primera expresión es de desconfianza siempre. de ojos controladores que calculan qué les vas a hacer. por dónde vas a atacar. la traición, el asalto, es el acto primero. la renuncia a eso, el control sobre uno mismo es ya una conquista cultural, de la civilizacón. pocos han llegado a esa pantalla de la nintendo. el porcentaje de personas que ha llegado a la pantalla buena de la nintendo no da para fiarse del mismo modo que con una sábana no tapas cien personas. no da y ya está.

III. la extensión de las conexiones entre personas en internet pone a muchos cerebros en común. on line. esos cerebros demandan de las democracias (de sus políticos, de sus banqueros) transparencia. que se vean las cosas. la transparencia hace que no se deje todo a expensas de la calidad ética del otro. uno se corta más cuando lo ven.

IV: es obvio, lo sabe ya todo el mundo, que los dueños del dinero tienen diseñado en un papel un cuadro, un proceso, no tan complejo pero macroscópico, para saquear a los ciudadanos. conocer los entresijos del entramado y conocerse entre sí, hacerse favores, son los fuertes de esta casta. es el funcionamiento de una mafia. los ciudadanos están que ven el dibujito. están a punto de descubrir el dibujito del sistema. se está poniendo interesante.

1 comentario:

  1. franmartin200918.7.11

    Yo los mercados me los imagino con la cara de Anthony Hopkins y el rol de Hannibal Lecter comiéndose nuestros sesos y criadillas con la voz ronca y aire de depravado,muy,muy,muy depravado:como diciendo ya no hay mayor sadismo en la escala del mal de Stone.

    ResponderEliminar